Página de la asignatura "Introducción a la Literatura española". Universidad de Castilla-La Mancha

Profesor Antonio Barnés.
Antonio.Barnes@uclm.es

sábado, 14 de noviembre de 2009

Pallida mors

La muerte aparece aquí como la gran destructora y niveladora, ciega a las pretensiones y ambiciones humanas, frente a la cual toda resistencia es fútil. Este sentimiento es recurrente en la literatura latina. Uno de los pasajes en que, a mi juicio, es expresado con mayor belleza poética es el final de la Oda I.4 de Horacio:


Pallida Mors aequo pulsat pede pauperum tabernas

regumque turris. O beate Sesti,

uitae summa breuis spem nos uetat inchoare longam. 15

Iam te premet nox fabulaeque Manes

et domus exilis Plutonia, quo simul mearis,

nec regna uini sortiere talis

nec tenerum Lycidan mirabere, quo calet iuuentus

nunc omnis et mox uirgines tepebunt.


La pálida muerte golpea con el mismo pie las chozas de los pobres y las torres de los reyes. La breve suma de nuestra vida nos impide, dichoso Sestio, albergar grandes esperanzas. Ya te alcanzan la noche y los fabulosos Manes y la hostil residencia Plutonia, en la que, cuando hacia allí hayas partido, no serás más sorteado para escanciar el vino, ni admirarás al tierno Lycidas, por quien todavía toda la juventud se abraza y del que pronto se enamorarán las doncellas.


Mi traducción es sólo un deslucido reflejo de la belleza del original.

Darío Sánchez Vendramini

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Dámaso Alonso

Cada obra literaria ( y cada obra de arte) es un espacio abierto en nuestra
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