Página de la asignatura "Introducción a la Literatura española". Universidad de Castilla-La Mancha

Profesor Antonio Barnés.
Antonio.Barnes@uclm.es

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Jorge Manrique

Coplas por la muerte de su padre



I

Recuerde el alma dormida

Recuerde el alma dormida,




avive el seso y despierte




contemplando




cómo se pasa la vida,




cómo se viene la muerte




tan callando,




   cuán presto se va el placer,




cómo, después de acordado,




da dolor;




cómo, a nuestro parecer,




cualquiera tiempo pasado




fue mejor.




Anáfora

II

Pues si vemos lo presente

   Pues si vemos lo presente




cómo en un punto se es ido




y acabado,




si juzgamos sabiamente,




daremos lo no venido




por pasado.



-116-



   No se engañe nadie, no,




pensando que ha de durar




lo que espera




mas que duró lo que vio,




pues que todo ha de pasar




por tal manera.





III

Nuestras vidas son los ríos

   Nuestras vidas son los ríos




que van a dar en la mar,




que es el morir,




allí van los señoríos




derechos a se acabar




y consumir;




   allí los ríos caudales,




allí los otros medianos




y más chicos,




y llegados, son iguales




los que viven por sus manos




y los ricos.




Metáfora.
Anáfora.
IV

Invocación

Dejo las invocaciones

   Dejo las invocaciones




de los famosos poetas




y oradores;




no curo de sus ficciones,



-117-



que traen yerbas secretas




sus sabores;




   aquel sólo invoco yo




de verdad,




que en este mundo viviendo




el mundo no conoció




su deidad.





V

Este mundo es el camino

   Este mundo es el camino




para el otro, que es morada




sin pesar;




mas cumple tener buen tino




para andar esta jornada




sin errar.




   Partimos cuando nacemos




andamos mientras vivimos,




y llegamos




al tiempo que fenecemos;




así que cuando morimos




descansamos.




Metáfora.

VI

Este mundo bueno fue

   Este mundo bueno fue




si bien usásemos dél




como debemos,




porque, según nuestra fe,



-118-



es para ganar aquel




que atendemos.




   Aun aquel Hijo de Dios,




para subirnos al cielo,




descendió




a nacer acá entre nos,




y a morir en este suelo




do murió.





VII

Ved de cuán poco valor

   Ved de cuán poco valor




son las cosas tras que andamos




y corremos,




que, en este mundo traidor




aun primero que miramos




las perdemos:




   de ellas deshace la edad,




de ellas casos desastrados




que acaecen,




de ellas, por su calidad,




en los más altos estados




desfallecen.





VIII

Decidme: La hermosura

   Decidme: La hermosura,




la gentil frescura y tez




de la cara,




la color y la blancura,



-119-



cuando viene la vejez,




¿cuál se para?




   Las mañas y ligereza




y la fuerza corporal




de juventud,




todo se torna graveza




cuando llega al arrabal




de senectud.





IX

Pues la sangre de los godos

   Pues la sangre de los godos,




y el linaje y la nobleza




tan crecida,




¡por cuántas vías y inodos




se pierde su gran alteza




en esta vida!




   Unos, por poco valer,




¡por cuán bajos y abatidos




que los tienen!;




otros que, por no tener,




con oficios no debidos




se mantienen.





X

Los estados y riqueza

   Los estados y riqueza,




que nos dejen a deshora




¿quién lo duda?



-120-



no les pidamos firmeza,




pues son de una señora




que se muda.




   Que bienes son de Fortuna




que revuelven con su rueda




presurosa,




la cual no puede ser una




ni estar estable ni queda




en una cosa.





XI

Pero digo que acompañen

   Pero digo que acompañen




y lleguen hasta la huesa




con su dueño:




por eso no nos engañen,




pues se va la vida apriesa




como sueño;




   y los deleites de acá




son, en que nos deleitamos,




temporales,




y los tormentos de allá,




que por ellos esperamos,




eternales.




polisíndeton
símil

XII

Los placeres y dulzores

   Los placeres y dulzores




de esta vida trabajada




que tenemos,



-121-



no son sino corredores,




y la muerte, la celada




en que caemos.




   No mirando a nuestro daño,




corremos a rienda suelta




sin parar;




desque vemos el engaño




y queremos dar la vuelta,




no hay lugar.





XIII

Si fuese en nuestro poder

   Si fuese en nuestro poder




hacer la cara hermosa




corporal,




como podemos hacer




el alma tan gloriosa,




angelical,




   ¡qué diligencia tan viva




tuviéramos toda hora,




y tan presta,




en componer la cautiva,




dejándonos la señora




descompuesta!





XIV

Esos reyes poderosos

   Esos reyes poderosos




que vemos por escrituras




ya pasadas,



-122-



con casos tristes, llorosos,




fueron sus buenas venturas




trastornadas;




   así que no hay cosa fuerte,




que a papas y emperadores




y prelados,




así los trata la Muerte




como a los pobres pastores




de ganados.




Horacio, Odas, I, IV
Soluitur acris hiems grata uice ueris et Fauoni
     trahuntque siccas machinae carinas,
ac neque iam stabulis gaudet pecus aut arator igni
     nec prata canis albicant pruinis.
Iam Cytherea choros ducit Venus imminente luna               
5
     iunctaeque Nymphis Gratiae decentes
alterno terram quatiunt pede, dum grauis Cyclopum
     Volcanus ardens uisit officinas.
Nunc decet aut uiridi nitidum caput impedire myrto
      aut flore, terrae quem ferunt solutae;               
10
nunc et in umbrosis Fauno decet immolare lucis,
     seu poscat agna siue malit haedo.
Pallida Mors aequo pulsat pede pauperum tabernas
     regumque turris.
O beate Sesti,
uitae summa breuis spem nos uetat inchoare longam.               
15
     Iam te premet nox fabulaeque Manes
et domus exilis Plutonia, quo simul mearis,
     nec regna uini sortiere talis
nec tenerum Lycidan mirabere, quo calet iuuentus
      nunc omnis et mox uirgines tepebunt.               
20


XV

Dejemos a los troyanos

   Dejemos a los troyanos,




que sus males no los vimos,




ni sus glorias;




dejemos a los romanos,




aunque oímos y leímos




sus historias;




   no curemos de saber




lo de aquel siglo pasado




qué fue de ello;




vengamos a lo de ayer,




que también es olvidado




como aquello.




Anáfora

XVI

¿Qué se hizo el Rey Don Juan?

   ¿Qué se hizo el Rey Don Juan?




Los Infantes de Aragón




¿qué se hicieron?



-123-



¿Qué fue de tanto galán,




qué de tanta invención




que trajeron?




   ¿Fueron sino devaneos,




qué fueron sino verduras




de las eras,




las justas y los torneos,




paramentos, bordaduras




y cimeras?11




Tópico del ubi sunt

XVII

Qué se hicieron las damas

   ¿Qué se hicieron las damas,




sus tocados y vestidos,




sus olores?




¿Qué se hicieron las llamas




de los fuegos encendidos




de amadores?




   ¿Qué se hizo aquel trovar,




las músicas acordadas




que tañían?




¿Qué se hizo aquel danzar,




aquellas ropas chapadas




que traían?



-124-




XVIII

Pues el otro, su heredero

   Pues el otro, su heredero,




Don Enrique, ¡qué poderes




alcanzaba!




¡Cuán blando, cuán halaguero




el mundo con sus placeres




se le daba!




   Mas verás cuán enemigo,




cuán contrario, cuán cruel




se le mostró;




habiéndole sido amigo,




¡cuán poco duro con él




lo que le dio!





XIX

Las dádivas desmedidas

   Las dádivas desmedidas,




los edificios reales




llenos de oro,




las vajillas tan fabridas,




los enriques y reales




del tesoro;




   los jaeces, los caballos




de sus gentes y atavíos




tan sobrados,




¿dónde iremos a buscallos?




¿qué fueron sino rocíos




de los prados?



-125-




XX

Pues su hermano el inocente

   Pues su hermano el inocente,




que en su vida sucesor




le hicieron,12




¡qué corte tan excelente




tuvo y cuánto gran señor




le siguieron!




   Mas, como fuese mortal,




metiole la Muerte luego




en su fragua.




¡Oh, juicio divinal,




cuando más ardía el fuego,




echaste agua!





XXI

Pues aquel gran Condestable

   Pues aquel gran Condestable,




maestre que conocimos




tan privado,




no cumple que de él se habla,




mas sólo cómo lo vimos




degollado.




   Sus infinitos tesoros,




sus villas y sus lugares,




su mandar,




¿qué le fueron sino lloros?




¿Qué fueron sino pesares




al dejar?



-126-




XXII

Y los otros dos hermanos

   Y los otros dos hermanos,




maestres tan prosperados




como reyes,




que a los grandes y medianos




trajeron tan sojuzgados




a sus leyes;




   aquella prosperidad




que en tan alto fue subida




y ensalzada,




¿qué fue sino claridad




que cuando más encendida




fue matada?





XXIII

Tantos duques excelentes

   Tantos duques excelentes,




tantos marqueses y condes




y varones




como vimos tan potentes,




di, Muerte, ¿do los escondes




y traspones?




   Y las sus claras hazañas




que hicieron en las guerras




y en las paces,




cuando tú, cruda, te ensañas,




con tu fuerza las aterras




y deshaces.



-127-




XXIV

Las huestes innumerables

   Las huestes innumerables,




los pendones, estandartes




y banderas,




los castillos impugnables,




los muros y baluartes




y barreras,




   la cava honda, chapada,




o cualquier otro reparo,




¿qué aprovecha?




Cuando tú vienes airada,




todo lo pasas de claro




con tu flecha.




Muerte=arquero.

XXV

Aquel de buenos abrigo

   Aquel de buenos abrigo,




amado por virtuoso




de la gente,




el maestre Don Rodrigo




Manrique, tanto famoso




y tan valiente;




   sus hechos grandes y claros




no cumple que los alabe,




pues los vieron,




ni los quiero hacer caros




pues que el mundo todo sabe




cuáles fueron.



-128-




XXVI

Amigos de sus amigos

   Amigos de sus amigos,




¡qué señor para criados




y parientes!




¡Qué enemigo de enemigos!




¡Qué maestro de esforzados




y valientes!




   ¡Que seso para discretos!




¡Qué gracia para donosos!




¡Qué razón!




¡Qué benigno a los sujetos!




¡A los bravos y dañosos,




qué león!





XXVII

En ventura Octaviano

   En ventura Octaviano;




Julio César en vencer




y batallar;




en la virtud, Africano;




Aníbal en el saber




y trabajar;




   en la bondad, un Trajano;




Tito en liberalidad




con alegría,




en su brazo, Aureliano;




Marco Atilio en la verdad




que prometía.



-129-




XXVIII

Antonio Pío en clemencia

   Antonio Pío en clemencia;




Marco Aurelio en igualdad




del semblante;




Adriano en elocuencia,




Teodosio en humanidad




y buen talante;




   Aurelio Alejandro fue




en disciplina y rigor




de la guerra;




un Constantino en la fe,




Camilo en el gran amor




de su tierra.





XXIX

No dejó grandes tesoros

   No dejó grandes tesoros,




ni alcanzó muchas riquezas




ni vajillas;




mas hizo guerra a los moros,




ganando sus fortalezas




y sus villas;




   y en las lides que venció,




cuántos moros y caballos




se perdieron;




y en este oficio ganó




las rentas y los vasallos




que le dieron.



-130-




XXX

Pues por su honra y estado

   Pues por su honra y estado,




en otros tiempos pasados,




¿cómo se hubo?




Quedando desamparado,




con hermanos y criados




se sostuvo.




   Después que hechos famosos




hizo en esta misma guerra




que hacía,




hizo tratos tan honrosos




que le dieron aun más tierra




que tenía.





XXXI

Estas sus viejas historias

   Estas sus viejas historias




que con su brazo pintó




en juventud,




con otras nuevas victorias




ahora las renovó




en senectud.




   Por su grande habilidad,




por méritos y ancianía




bien gastada,




alcanzó la dignidad



-131-



de la gran Caballería




de la Espada.





XXXII

Y sus villas y sus tierras

   Y sus villas y sus tierras




ocupadas de tiranos




las halló;




mas por cercos y por guerras




y por fuerza de sus manos




las cobró.




   Pues nuestro rey natural,




si de las obras que obró




fue servido,




dígalo el de Portugal




y en Castilla quien siguió




su partido.





XXXIII

Después de puesta la vida

   Después de puesta la vida




tantas veces por su ley




al tablero;




después de tan bien servida




la corona de su rey




verdadero;




   después de tanta hazaña




a que no puede bastar




cuenta cierta,



-132-



en la su villa de Ocaña




vino la Muerte a llamar




a su puerta





XXXIV

diciendo: -«Buen caballero

   diciendo: -«Buen caballero




dejad el mundo engañoso




y su halago;




vuestro corazón de acero




muestre su esfuerzo famoso




en este trago;




   y pues de vida y salud




hicisteis tan poca cuenta




por la fama,




esfuércese la virtud




para sufrir esta afrenta




que os llama.





XXXV

No se os haga tan amarga

   «No se os haga tan amarga




la batalla temerosa




que esperáis,




pues otra vida más larga




de la fama gloriosa




acá dejáis,




   (aunque esta vida de honor




tampoco no es eternal



-133-



ni verdadera);




mas, con todo, es muy mejor




que la otra temporal




perecedera.





XXXVI

El vivir que es perdurable

   «El vivir que es perdurable




no se gana con estados




mundanales,




ni con vida delectable




donde moran los pecados




infernales;




   mas los buenos religiosos




gánanlo con oraciones




y con lloros;




los caballeros famosos,




con trabajos y aflicciones




contra moros.





XXXVII

Y pues vos, claro varón

   «Y pues vos, claro varón,




tanta sangre derramasteis




de paganos,




esperad el galardón




que en este mundo ganasteis




por las manos;




   y con esta confianza,



-134-



y con la fe tan entera




que tenéis,




partid con buena esperanza,




que esta otra vida tercera




ganaréis.»





XXXVIII

[responde el Maestre]

No tengamos tiempo ya

   -«No tengamos tiempo ya




en esta vida mezquina




por tal modo,




que mi voluntad está




conforme con la divina




para todo;




   y consiento en mi morir




con voluntad placentera,




clara y pura,




que querer hombre vivir




cuando Dios quiere que muera,




es locura.





XXXIX

[Oración]

Tú, que, por nuestra maldad

   Tú, que, por nuestra maldad,




tomaste forma servil



-135-



y bajo nombre;




tú, que a tu divinidad




juntaste cosa tan vil




como es el hombre;




   tú, que tan grandes tormentos




sufriste sin resistencia




en tu persona,




no por mis merecimientos,




mas por tu sola clemencia




me perdona.»





XL

Fin

Así, con tal entender

   Así, con tal entender,




todos sentidos humanos




conservados,




cercado de su mujer




y de sus hijos y hermanos




y criados,




   dio el alma a quien se la dio




(el cual la dio en el cielo13




en su gloria),




que aunque la vida perdió,




dejonos harto consuelo




su memoria.




  -136-  

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¡Oh, mundo! Pues que nos matas...



I

   ¡Oh, mundo! Pues que nos matas,




fuera la vida que diste




toda vida;




mas según acá nos tratas,




lo mejor y menos triste




es la partida




    de tu vida, tan cubierta




de tristezas, y dolores




muy poblada;




de los bienes tan desierta,




de placeres y dulzores




despojada.





II

   Es tu comienzo lloroso,




tu salida siempre amarga




y nunca buena,




lo de en medio trabajoso,




y a quien das vida más larga




le das pena.



-137-



   Así los bienes -muriendo




y con sudor- se procuran




y los das;




los males vienen corriendo;




después de venidos, duran




mucho más.







FIN DE LA OBRA COMPLETA

 


  -138-
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Vocabulario

abajarse: tr. bajarse. De basseu.
acordado: participio adjetivo, recordado. Del b. lat. accordre.
acorrer: tr. socorrer, auxiliar. Del lat. accurrre.
achacoso: adj. rigoroso, excesivo en la acusación. De achaque.
aforrado: participio adjetivo, forrado. De aforrar, poner forro.
afrenta: f., apuro, aprieto, peligro que puede atraer deshonra. Del lat. frontem.
ahumada: participio adjetivo, señal hecha con humo. Usase frecuentemente con el verbo hacer. De ahumar.
al: sustantivo neutro, otra cosa. Del lat. aliud.
albarrana (cebolla): adj., planta medicinal cuyo bulbo, muy amargo, es semejante al de la cebolla común. Voz árabe que significa silvestre, montés.
albollón: m., albañal. Del lat. alvelum.
alcatifa: f., alfombra. Voz árabe.
alcrebite: m., azufre. Del ár. alquibrit.
aleve: f., alevosía. Del gót. levjan, traicionar.
amatado: participio en función verbal, apagado, extinguido. De amatar.
apriesa: adv., aprisa. De a + priesa.
arcaduz: m., cangilón de noria. Del ár., caduç, y este del gr. vaso.
arreo: m., atavío, adorno. De arrear, adornar y también equipar, proveer.
arte: amb., habilidad, maña // artería, fraude. Del lat. artem.
artero: adj., mañoso, astuto (sin el matiz peyorativo de hoy). De arte.
asentar: intr., sentarse. De a + sentar.
atacar: tr., atar, abrochar; atacarse; ser atadas. Úsase hoy en Andalucía con la significación de atarse o abrocharse los calzones. Del lat. attacare.
atender: tr., esperar. Del lat. attendre.
aterrar: tr., echar por tierra, derribar, postrar. De a + tierra.
alandrán: m., vestidura talar con mangas. Del b. lat. balandrna.
ando: m., bandería, partido. Del lat. bandum.
arrera: f., parapeto. De barra.
ienquerencia: f., buena voluntad, cariño. De bienquerer.
rial: m., especie de túnica usada por hombres y mujeres. Del ant. fr. y prov. blialt.
cabo: m., lado, parte extrema // fin // en cabo de: al extremo de. Del lat. caput.
calzas: f. Las calzas eran una prenda de vestir que cubría la   -139-   pierna y el muslo; las calzas atacadas (como las que nombra Manrique) se unían a la cintura por medio de agujetas; las medias calzas, (llamadas después medias) ceñían solamente la pierna. Del lat. calcum.
candela: f., vela // lumbre. Estar con la candela en la mano: hallarse próximo a morir el enfermo. Del latín candlam.
casquete: m., pieza de la armadura que defendía el casco de la cabeza. De casco.
catar: tr., procurar. Del lat. captre.
caudal: adj., caudaloso, principal. Díjose también cabdalero. Del lat. capitlem.
cava: f., foso. Del lat. cavam.
cierto: adv., ciertamente. Del lat. certum.
claro (de): m. adv., de parte a parte.
cobrar: tr., adquirir, ganar // recuperar, volver a poseer // tratándose de afectos, empezar a sentirlos. Del lat. cuperre.
cobro: m., remedio. De cobrar.
cometer: intr., empezar. Del lat. committre.
comportar: tr., soportar, tolerar. Del lat. comportre.
cumplido: participio adjetivo, cabal, perfecto. De cumplir.
condestable (aquel gran): Don Álvaro de Luna, célebre favorito de don Juan II, decapitado en Valladolid en 1453.
consintiente: p. a., quien consiente. De consentir.
coro (estar de): m. adv., ser muy sabido. Del lat. cr, ánimo.
corredor: m., batidor, explorador, centinela avanzado. De correr.
cuento: m., cómputo, cuenta, cálculo; alto sin cuento incalculablemente alto. De contar.
cuero: m., piel. Del lat. corium.
cumplir: intr., convenir, corresponder. Del lat. complre.
curar: intr., cuidar, preocuparse. Del lat. curre, cuidar.
cuyo so: aquel a quien pertenezco.
chapado: participio adjetivo, adornado, guarnecido // recubierto, defendido. De chapar.
de: véase tener de.
defensar: tr., defender. Del lat. defensre.
deliberar: tr., resolver, determinar. Del lat. deliberre.
demandar: tr., pedir, rogar. Del lat. demandre.
deporte: m., solaz, recreación, esparcimiento. De deportar.
desgrado: m., desagrado, disgusto. De desgradar, desagradar.
desigual: adj., excesivo, extremado. De des (negación) + igual.
desque: adv., desde que // cuando. Contrac. de la prep. desde y la conj. que.
dudanza: f., duda. Del lat. dubitanta.
dueña: f., mujer. Del lat. dominam.
el: art. fem., la. En la Edad Meda el artículo femenino era ela. Si el sustantivo siguiente comenzaba por vocal, dicho artículo   -140-   perdía la a: el(a) alcándara, el(la) espada; así se ve aún en Garcilaso (el altura, Egl. I, v. 44); si empezaba por consonante, perdía la e: (a) la villa. Hoy pierde la a sólo ante nombres que empiezan por vocal tónica, los cuales conservan su género femenino: el(a) alma.
embebecido: participio adjetivo, enajenado, embelesado. De embebecer.
empecer: tr., impedir, dificultar, obstar. De empedecer y este del b. lat. impedescre.
enamorada: participio sustantivo, amor, enamoramiento. De enamorar.
engorrarse: intr., detenerse, retardarse. De en + gorra.
Enrique (don): Enrique IV de Castilla (1454-1474), hijo de Juan II.
enrique: m., moneda de oro acuñado por Enrique IV.
ensomo: adv., encima. De en + somo. Véase somo.
entender: tr., tener intención de hacer algo // advertir, darse cuenta // pensar, figurarse. Del lat. intendre.
escala vista (a): m. adv., hacer el escalamiento de día y o la vista de los enemigos.
escote: m., cantidad que le corresponde pagar proporcionalmente a cada uno. De esotar.
esmerado: participio adjetivo, puro, limpio. De esmerar.
espingarda: f., cierta escopeta muy larga. Del árabe springan.
estado: m., clase o jerarquía social. En la Edad Media la sociedad se jerarquizaba en estados, como puede verse por la significación colectiva de los personajes que actúan en la Danza de la Muerte, y aun en obras posteriores como Lazarillo de Tormes.
estrena: f., obsequio, recompensa. Del lat. strenam.
excusación: f., excusa, disculpa. Del lat. excusatinem.
fabrido: adj., bruñido, resplandeciente. Del lat. fabritus.
fallescer: intr., faltar, acabarse. Del lat. fallescre.
fuerte (lo más): adj., lo más resguardado del castillo. Del lat. fortem.
galardón: m., premio, recompensa. Del germ. wilarlón.
grado: m., gusto, agrado // voluntad. Del lat. gratum.
grado: m., lugar, estado. Del lat. gradum.
graveza: f., pesadez que obsta. De grave.
guardar: tr., custodiar. Del sustantivo guarda y este del germ. warda.
guarecer: intr., sanar. De quarir y este del germ. warjan.
guarido: participio adjetivo, sano, restablecido. De guarir.
guarir: intr., salvarse // tr., proteger, del germ. warjan.
guisa: f., modo, manera. Del germ. wisa.
haber: tr., tener // intr., hallarse, encontrarse. Del latín habre.
  -141-  
hadado: participio adjetivo, hadado, predestinado. De hadar.
halaquero: adj., halagüeño, halagador. De halago.
hermandad: f., La Santa Hermandad, tribunal con jurisdicción propia, entendía en los delitos que se cometían fuera de poblado.
hermano el inocente (su): Don Alfonso, hermano de Enrique IV, que fue proclamado rey por los enemigos del monarca; pero murió poco después a los catorce años de edad, en 1468. Los Manriques se contaban entre sus prosélitos.
hermanos (los otros dos): El maestre de Santiago, don Juan de Pacheco, y su hermano el maestre de Calatrava, don Pedro Girón (tan prosperadas como reyes). Dice los otros dos porque antes ha recordado a los tres infantes de Aragón (estrofa XVIII) y a su hermano el príncipe Alfonso (XX).
hermanos (sus): Hermanos de don Rodrigo eran el poeta Gómez Manrique (le sobrevivió catorce años), Diego Manrique, Pedro Manrique y Garcí Fernández Manrique. El Maestre hizo testamento en su palacio maestral el 21 de octubre de 1476, ante su secretario Gómez de Merodio, y estuvieron presentes su hermano Garci Fernández Manrique, su sobrino Luis Manrique, el doctor Francisco Núñez, el bachiller Pedro de Toledo, el mayordomo Garnica y otros familiares. El 4 de noviembre agregó un codicilo a la vista de su hermano Garci, de su camarero Francisco Sandoval, del contador Pedro de Mórida y del ya antes mencionado Garnica.
hijos (sus): Hijos de don Rodrigo Manrique eran: don Rodrigo (muerto en 1477), don Pedro, segundo conde de Paredes (poeta) y don Jorge (autor de las célebre Coplas).
igualdad: f., justicia, equidad. Del lat. aequalittem. Véase voluntad.
imos: intr., vamos. Del lat. imus.
impugnable: adj., inexpugnable, invencible. De impugnar y este del lat. impugnre.
inicio: m., principio, comienzo. Del lat. initium...
Infantes de Aragón (los): don Enrique, don Juan y don Pedro, hijos de don Fernando I el de Antequera, castellano que fue rey de Aragón entre 1412 y 1416.
jaez: m., cualquier adorno que se pone a las caballerías // jaez o medio jaez: el atavío de cintas con que se trenza la crin o la mitad de la crin. Del ár. chachez, aparato.
Juan (el rey don): don Juan I de Castilla (1406-1454).
jura: f., promesa solemne. De jurar.
juzgador: m., juez. De juzgar.
lanzado: participio adjetivo, lanceado, alanceado. De lanzar.
librado (ser): tr., recibir libranza u orden de pago. De librar.
lucio: adj., luciente, brillante. Dícese de los animales gordos y   -142-   de buen pelo. Del lat., lucidum.
lorar de los ojos: frase pleonástica usada ya en la epopeya francesa y en la española.
maestre: m., jefe de una orden de caballería (Santiago, Alcántara, Calatrava, Montesa, Malta). Del latín magistrum.
mandado: m., mandado, orden. De mandar.
maña: f. habilidad, destreza. Del lat. manum, mano.
Martín (San): Este, como los otros beatos y santos que aparecen en las Coplas a una beoda... San Martín de Valdeiglesias (Madrid), Madrigal de las Altas Torres (Ávila), Villarreal (Castellón), Yepes (Toledo), Coca (Segovia), Luque (Córdoba), Baeza y Úbeda (Jaén), son lugares célebres por sus buenos vinos.
mas: conj. advers., pero, sino. De maes y este del lat. magis.
matar (la luz o el fuego): tr., apagar. Del lat. mactre.
membrar: tr., recordar. Del lat. memorre.
mesura: f., discreción, cortesía. Del lat. mensram.
mote: m., lema caballeresco. Del fr. mot.
mover: intr., ponerse en marcha, irse // tr., proponer.
mudarse: ref., cambiar. Del lat. mutre.
mujer (su): Doña Elvira de Castañeda, que acompaña a don Rodrigo en el momento de su muerte, era su tercera mujer y había casado con el Maestre en 1469. A. de Palencia, en la Crónica de Enrique IV (II, 215): dice que ya anciano, pero con vigor y robustez juveniles, casó. Insiste fuego en la avanzada edad de don Rodrigo (III, 272): ya viejo, volvió a casar. La segunda esposa del Conde de Paredes, doña Beatriz de Guzmán, casó con él antes de 1446 y se tienen noticias de ella hasta 1452. La primera, doña Mencía de Figueroa, madre de don Jorge, había muerto antes de 1465.
oramala: adv. de m., enhoramala. Aféresis y contracción de en hora mala.
ocasión: f., daño grave. Del lat. ocassinem.
olvidanza: f., olvido. De olvidar.
ar Dios: loc. interj., por Dios. De par, apócope de para y Dios. Por eufemismo dícese pardiez. Del lat. per Deum.
aramento: m., adorno con que se recubre algo. Del lat. paramntum.
ararse: intr., ponerse, volverse, quedarse, convertirse. ¿Cuál se para? ¿Cómo queda? ¿En qué se convierte? Del lat. parre.
parescer: intr., aparecer, mostrarse. Del lat. parescre.
artido: m., trato, convenio, concierto. De partir.
assión: f., padecimiento // ardor, vehemencia // amor. Del lat. passinem.
echar: tr., pagar pecho o tributo. Del lat. pactre.
enado: participio adjetivo, penoso, lleno de penas. De penar.
eña: f., piel. Del lat. penna, pluma, y pinna, almena. Manrique:   -143-   conceptista, juega con las dos acepciones del vocablo. // peña, f., cerro, monte. Del lat. pinna, almena. Consúltese visión.
errochano: parroquiano. Del lat. parochiam.
ostura: f., pacto, convenio, compromiso. Del lat. positram.
oyo: m., banco de piedra, ladrillo u otra sustancia semejante, generalmente intransportable y construido junto a un muro. Del lat. podium.
render: tr., tomar, recibir. Del lat. prehendre.
risiones: f., cadenas, grillos. Del lat. prehensinem.
rivado: m., quien priva o disfruta de privanza (primer lugar cerca de alguien). Del lat. privtum.
rosperado: particip., adj., rico, poderoso. De prosperar.
unto: m., instante. Del lat. punctum.
queda: adj., quieta. Del lat. quitam.
razón: f., palabra con que se expresa el pensamiento. Del lat. ratinem.
remontado: participio adjetivo, alto, sublime. De remontar.
repollo: m., brazado de ramas. De repollar y este de repullulre, echar hojas, pimpollos, ramas.
resolver: intr., tornar, retornar // cambiar, mudar. Del lat. resolvere.
revuelto: adj., mezclado // intrincado. Del lat. revoltum.
rey (natural, verdadero): don Rodrigo sirvió como reyes naturales y verdaderos al infante Alfonso y a los Reyes Católicos.
rocegante: adj., rozagante, que roza, que arrastra. De rocegar.
ecreto: adj., reservado. Del lat. secrtum.
eñoríos: La Crónica General, conocida de Manrique según puede verse en el canon de emperadores a que se ajustan las estancias XXVII y XXVIII de las Coplas, estudia los seis diferentes señoríos que tuvo España.
ervil: adj., humilde, bajo. Sinónimo de incivil en su acepción de grosero, vil. Del lat. servilem.
eso: m., sentido // discreción. Del lat. sensum.
obrado: participio adjetivo, rico, excelente. Del latín superre.
obrar: tr., exceder, sobrepujar. Del lat. superare.
obre: prep., en prenda de // después de. De sobrar.
obredorado: m., ficción o paliativo con que se disimulan o se pretende disimular malos dichos o malas acciones. De sobredorar.
omo: m., encima. Del lat. summum.
on: m., manera, modo; en tal son: adv., de tal manera. Del lat. sonum.
tablero (poner la vida al): frase proverbial, jugarla, arriesgarla.
tajada: participio adjetivo: «Dícese de la costa, roca o peña   -144-   cortada verticalmente y que forma como una pared» (Academia). De tajar, dividir con instrumento cortante.
tan: adv. c., tanto. Apócope de tanto y este del latín tamtum.
temeroso: adj., que causa temor, temible. De temer.
tener (tiempo): tr., emplearlo, gastarlo.
tener de (seguido de infinitivo): haber de, con sentido de resolución o necesidad irrecusables. Tener que significa obligación.
tocar: tr., probar, experimentar. Acaso de la raíz onomatopéyica toch. Véase toque.
tondido: participio adjetivo, golpeado, aporreado, azotado // tundido, pelado, trasquilado. De tondir y este del lat. tundre, trasquilar.
toque: m., prueba, experiencia. Postverbal de tocar. Véase tocar.
tornada: participio adjetivo, vuelta, regreso. De tornar.
torrontés: m., vino hecho con uva torrontés. Refrán: La uva torrontés / ni la comas ni la des: / para vino buena es.
trago: infortunio, adversidad. De tragar.
trasponer: tr., esconder, ocultar. Del lat. transponre.
tristura: f., tristeza. De triste.
trovar: tr., componer trovas o versos. En otras lenguas romances (provenzal y catalán): trobar; en francés: trouver.
usado: participio adjetivo, acostumbrado, habituado. De usar.
valer: tr., amparar, proteger. Del lat. valre.
vedija: f., vellón de lana o pelo. Del lat. viticlam.
vela: m., centinela nocturno. De velar y este del latín vigilre.
vencida: participio sustantivo, vencimiento, derrota. De vencer. Usase hoy en la expresión a la tercera va la vencida.
vida tercera: Manrique considera tres vidas: 1ª, la temporal y perecedera; 2ª, la de la fama (mejor que la otra, aunque tampoco es eternal ni verdadera); 3ª, la perdurable, eterna, de la fama, concepción grecolatina, recrudeció en el Renacimiento. Recuérdense los Trionfi de Petrarca.
visión: f., imagen visual // objeto cuya vista causa espanto. Del lat. visinem. Manrique, conceptista, juega con las dos aceptaciones del vocablo. Véase peña.
vista (una): f., una simple mirada. De visto.
voluntad: f., una simple mirada. De visto.
voluntad: f., arbitrariedad, capricho. Manrique contrapone voluntad e igualdad. Véase igualdad.
volverse: r., cambiar, trocarse. Del lat. volvre.
vuelo (a chico): fr. adv., prontamente.
vuelto: participio adjetivo, revuelto, mezclado. De volver.
yerbas secretas: veneno oculto.

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Dámaso Alonso

Cada obra literaria ( y cada obra de arte) es un espacio abierto en nuestra
imaginación, poblado allí para siempre, encendido allí para siempre, un día interior que luce en nuestra alma y que ya no se extinguirá sino con nuestra conciencia.

¡Que nada se interponga - si es posible - entre el lector y la obra!