Página de la asignatura "Introducción a la Literatura española". Universidad de Castilla-La Mancha

Profesor Antonio Barnés.
Antonio.Barnes@uclm.es

jueves, 29 de octubre de 2009

Glosas a Gonzalo de Berceo


De Ramón Pérez de Ayala

LA PAZ DEL SENDERO

Con sayal de amarguras, de la vida romero,
topé, tras luenga andanza, con la paz de un sendero.
Fenecía del día el resplandor postrero.
En la cima de un álamo sollozaba un jilguero.
No hubo en lugar de tierra la paz que allí reinaba.
Parecia que Dios en el campo moraba,
y los sones del pájaro que en lo verde cantaba
morían con la esquila que a lo lejos temblaba.
La flor de madreselva, nacida entre bardales,
vertía en el crepúsculo olores celestiales ;
víanse blancos brotes de silvestres rosales
y en el cielo las copas de los álamos reales.
Y como de la esquila se iba mezclando el son
al canto del jilguero, mi pobre corazón
sintió como una lluvia buena, de la emoción.
Entonces, a mi vera, vi un hermoso garzón.
Este garzón venia conduciendo el ganado,
y este ganado era por seis vacas formado,
lucidas todas ellas, de pelo colorado,
y la repleta ubre de pezón sonrosado.
Dijo el garzón: -¡ Dios guarde al señor forastero !
-Yo nací en esta tierra, morir en ella quiero,
rapaz. -Que Dios le guarde. -Perdiose en el sendero...
En la cima del álamo sollozaba el jilguero.
Sentí en la misma entraña algo que fenecía,
y queda y dulcemente otro algo que nacia.
En la paz del sendero se anegó el alma mía,
y de emoción no osó llorar. Atardecía


De Rubén Darío, en Prosas Profanas

A MAESTRE GONZALO DE BERCEO

Amo tu delicioso alejandrino
Como el de Hugo, espíritu de España;
éste vale una copa de champaña,
como aquél vale un "vaso de bon vino".
Mas a uno y otro pájaro divino
la primitiva cárcel es extraña ;
el barrote maltrata, el grillo daña;
que vuelo y libertad son su destino.
Así procuro que en la luz resalte
tu antiguo verso, cuyas alas doro
y hago brillar con mi moderno esmalte
tiene la libertad con el decoro
y vuelve como al puño el gerifalte,
trayendo del azul rimas de oro.



De Manuel Machado, en Alma, Museo, Los cantares

RETABLO

Ya están ambos a diestra del Padre deseado,
los dos santos varones, el chantre y el cantado,
el Grant Santo Domingo de Silos venerado
y el Maestre Gonzalo de Berceo nommado.
Yo veo al Santo como en la sabida prosa
fecha en nombre de Christo y de la Gloriosa :
la color amariella, la marcha fatigosa,
el cabello tirado, la frente luminosa...
Y a su lado el poeta, romeo peregrino,
sonríe a los de ahora que andamos el camino,
y el galardón nos muestra de su claro destino :
una palma de gloria y un vaso de buen vino.


De Antonio Machado, en Poesías completas:

MIS POETAS

El primero es Gonzalo de Berceo llamado,
Gonzalo de Berceo, poeta y peregrino,
que yendo en romería acaeció en un prado,
ya quien los sabios pintan copiando un pergamino.
Trovó a Santo Domingo, trovó a Santa Maria.
y a San Millán, ya San Lorenzo y Santa Oria.
y dijo: mi dictado non es de juglaría ;
escrito lo tenemos ; es verdadera hÍstoria.
Su verso es dulce y grave; monótonas hileras
de chopos invernales, en donde nada brilla ;
renglones como surcos en pardas sementeras,
y lejos, las montañas azules de Castilla.
El nos cuenta el repaire del romeo cansado ;
leyendo en santorales y libros de oración,
copiando historias viejas, nos dice su dictado,
mientras le sale afuera la luz del corazón.




Las Tres Cantigas de Miguel D´Ors
A Nuestra Señora de Enrique García-Máiquez

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Dámaso Alonso

Cada obra literaria ( y cada obra de arte) es un espacio abierto en nuestra
imaginación, poblado allí para siempre, encendido allí para siempre, un día interior que luce en nuestra alma y que ya no se extinguirá sino con nuestra conciencia.

¡Que nada se interponga - si es posible - entre el lector y la obra!